martes, 5 de diciembre de 2017

The Immigrant (2013)

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Reseña: Creo que James Gray es uno de los más interesantes, y, al mismo tiempo, uno de los más menospreciados directores contemporáneos. Por eso, tenía bastante interés en ver en The Immigrant, la cual también contaba con el beneficio de contar con tres brillantes actores (Marion Cotillard, Joaquin Phoenix y Jeremy Renner) en su reparto. Y si bien la dirección de Gray y las actuaciones del mencionado trío resultaron predeciblemente impecables, el guión me pareció un poco flojo y decepcionante.

Pero, bueno, prefiero enfocarme primero en lo bueno. Al igual que en otras ocasiones, la dirección de Gray muestra una mano maestra para manejar el clasicismo. Cada escena de The Immigrant está impregnada de un aire épico que bebe mucho del cine clásico, y, en este caso, al tratarse de una cinta de época, eso resulta doblemente elocuente, ya que nos transporta inmediatamente a la ciudad de Nueva York en el año 1921, y podemos compartir más de cerca las tristes experiencias del personaje principal, una inmigrante recién llegada desde Polonia.

Sin embargo, las actuaciones son la principal razón para ver The Immigrant. El trabajo de Cotillard es realmente sublime; es increíble su capacidad de transmitir una gama tan amplia de expresiones utilizando tan solo su rostro y su mirada. Phoenix también logra una composición extraordinaria, logrando que su personaje resulte simultáneamente odioso y entrañable, mientras que la calidez y sincera humanidad proyectadas por Renner también son merecedoras de aplauso. No me explico porqué estos tres geniales trabajos fueron ignoradas por los Oscar... pero bueno, después recuerdo que premian actuaciones mediocres como las de Jennifer Lawrence en El Lado Luminoso de la Vida (Silver Linings Playbook, 2013) o Emma Stone en La La Land (2016), y ahí entiendo el tergiversado criterio de la Academia.

No obstante, a pesar de tantos halagos que acabo de verter en The Immigrant, debo volver al punto de que el guión no me dejó del todo satisfecho. Francamente, lo sentí un poco reiterativo, al mismo tiempo que no pude percibir una genuina progresión narrativa o emocional. A fin de cuentas, uno termina viendo todo el tiempo prácticamente lo mismo, en lugar de presenciar un relato que genuinamente va creciendo y desarrollándose a lo largo de su transcurso. Además de todo eso, también sentí que si no hubiera sido por la excelente dirección de Gray y las estupendas actuaciones, The Immigrant se hubiera acercado peligrosamente a territorio telenovelesco. Afortunadamente, las virtudes de esta cinta son tan buenas que eso no ocurrió, y, en mi humilde opinión, ellas bastan para hacer a The Immigrant merecedora de una mediana recomendación.

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